COSAS QUE PASAN

21/8/14

Algunas consideraciones personales sobre I+D+I (2)

En la llamada sociedad del conocimiento nos encontramos con una situación paradójica: ya no se trata de acceder a la información, ahora se trata de saber escoger la que sirve y desechar el resto.

En nuestro mundo tecnológico e hiperconectado podemos acceder casi instantáneamente a cualquier información que deseemos. Ya no tenemos problemas con ello. Ahora, el gran reto es saber pertrecharse de una gran papelera para eliminar toda la que no sirve, sea porque no es relevante, sea porque no tiene la calidad suficiente. Y, obviamente, elegir aquella que nos es útil.

Por tanto, el conocer, hoy en día, ya no es un problema de acumular información, sino de depurarla, seleccionarla y metabolizarla en conocimiento.

Comento todo esto porque a veces se tiende a confundir información con conocimiento; y, además, se tiende a pensar que la ingente cantidad de información de que disponemos nos lleva casi inmediatamente al conocimiento.

Por el contrarios, nos encontramos en estos momentos, en el ámbito de las Ciencias Sociales al menos, ante un reto de una enorme complejidad, como consecuencia de lo apuntado anteriormente: existen muchas más variables que fórmulas para resolverlas.

La anterior llamada sociedad de la información hizo emerger multitud de variables, antes no contempladas o no existentes. Ahora, en la sociedad del conocimiento, no sabemos aun el grado de relevancia y de discriminación de muchas de ellas.

El desarrollo tecnológico tan espectacular nos ha permitido tener la información y hacerlo en tiempo récord. Además, disponemos de herramientas técnicas que nos permiten transformarla y depurarla sin dificultad. La tecnología ya no es problema para ello. Ahora el reto es conocer; es decir, tener una capacidad comprensiva e interpretativa idónea sobre el magma de información disponible, para explicar lo real.

De momento, ante el mar de dudas, se sigue tirando de las viejas variables socio-demográficas, que siempre nos salvan la cara de nuestro déficit de conocimiento.



6/8/14

En Ciencias Sociales el modelo no es la realidad

Puede parecer demasiado obvio recordar, sobre todo para algunos, ante los cuales pido disculpas, que los modelos (sean teóricos y/o metodológicos) en el campo de las Ciencias Sociales (en adelante CCSS) son eso: modelos. Pero no son la realidad; nos sirven para captar, interpretar y, llegado el caso, modificar la realidad. Como decía un sabio y entrañable profesor y maestro, la realidad es siempre n+1 respecto al modelo. 

Todo modelo en CCSS se construye a partir de hipótesis plausibles sobre la estructura y el funcionamiento del objeto de estudio, dotadas de un grado de coherencia y de rigor internas, que  resultan pertinentes, que ofrecen una plausible explicación del objeto de estudio, de la composición de los elementos que lo configuran y de la relaciones tanto estructural como funcional que poseen, que permiten evaluar el flujo de las dinámicas internas que se dan, así como las dinámicas con el entorno, y que su grado de vigencia están sometidas a la desaparición de las condiciones materiales o simbólicas del objeto de análisis. Por tanto, todo modelo es una representación de la realidad; es decir, una simplificación de la misma, que nos permite aproximarnos a ella de forma comprensiva a partir de unos esquemas/filtros de observación, desentrañando sus bases estructurales y funcionales, y con posibilidades de actuar/modificar dichas bases.

Hacer mención de esta obviedad ha surgido debido a que compruebo a diario que para muchas personas lo aquí planteado ni es obvio ni siquiera es conocido.